“Yo soy un loco, que se dio cuenta que el tiempo es muy poco “cada vez que alguien me llama así se me viene a la mente la canción de uno de mis cantantes favoritos Andrés Calamaro. Durante muchas etapas de mi vida me sentía abrumado por el pensamiento constante de no encajar en la sociedad que me rodeaba (sociedad de niños de 4 a 6 años) pero sociedad que influía en mí a fin y al cabo. Ser loco porque a los 4 años me enamore perdidamente de mi amiguita de nido y aunque nadie me creía, yo estaba seguro que ella sentía lo mismo que yo solo que no sabíamos cómo expresarlo. Ser loco porque a los 5 años le agarraba la mano a una niña (era en otro colegio) y la llevaba a los columpios para conversar y no jugaba con los niños a la pelota o a las escondidas. Ser loco porque a los 6 años preferí taller de oratoria que taller de fútbol (el fútbol peruano perdió un baluarte) pero esa es otra historia.
Ser loco en mi casa porque a los 8 años jugaba a los power ranger solito en el patio de mi casa (yo era los 5 power rangers y el monstruo malo y los soldados menores llamados patrulleros y el megazord y la voz en off). Ser loco en la parroquia porque no entendía porque debía ir a misa para que me dieran un papel para pegarlo en el cuaderno de religión para que la maestra esté tranquila de que era un cristiano fiel y devoto. Ser loco ante los ojos de mi prima mayor (solo por 1 año) cuando tenía 11 ya que cantaba canciones de amor y desamor cuando se supone que no entendía de esas cosas. Ser considerado un loco cuando a los 13 me compre una mochila de Garfield a pesar de que en mi nueva sociedad de adolescente en colegio de secundaria era sinónimo a burla o a hostigamiento por parte de los chicos mayores de 5to de secundaria.
Ser loco porque los 15 años Salí corriendo con mi mejor amigo a la calle gritando porque mi equipo de fútbol había logrado un campeonato. Ser considerado loco por mis tíos y primos mayores porque no me gustaba reventar cohetes en año nuevo ni ponerme la ropa amarilla para que el próximo año tuviera buena suerte ¿enserio yo era el loco? Ser llamado loco porque fui hacer cola para que un niño terrible personaje de televisión y escritor me firmara un autógrafo y ser feliz porque se tomó una foto conmigo.
Ser visto como un loco calato cuando decidí no estudiar y hacer un año sabático para descansar luego de 11 años de estudios. Ver la cara de espanto de mi abuelita cuando a los 18 me deje el cabello largo, la barba y usaba pulseras en las manos y los pies. Ser visto como un loco por mis nuevos amigos cuando a los 21 (lo se fue más de un año sabático) decidí cortarme el cabello y ponerme a trabajar. Ser loco para mis nuevos compañeros de trabajo porque no me gustaba la cumbia y más aún porque me gustaba otros géneros más tranquilos e inspiradores como The Beatles.
Ser considerado loco y más encima antipatriota cuando empecé a tener simpatía por las cosas de nuestro país vecino de Chile, mirar sus programas, leer sobre su historia. Ser más loco aún porque me fui a vivir a Colombia por más de 2 años dejando todo aquí en Lima. Las ironías de la vida, pensé que solo en mi entorno era catalogado loco de nacimiento pero cuando estuve en Colombia el karma de loco me persiguió solo por el hecho de que no me gustaba tomar café, me sentía como estar con una mochila en mi encima donde mi loco se desesperaba en hacerse conocer por todo lo que me rodea.
Tener toda la colección de discos en físico de mis cantantes favoritos y no en una USB porque pienso que la música se aprecia mejor y se escucha mejor en un vinilo que en un cd o en USB.
Ser loco porque me gustan las canciones en japonés y más loco aún cuando en cualquier karaoke empiezo a cantarlas de memoria. En todo este trance loco que llamamos vida he sentido que realmente estuve loco ya que nunca he hecho nada catalogado correcto en cada una de mis etapas de crecimiento y madurez. Entonces es cuando me pongo a pensar más profundamente y me surge una pregunta ¿Quién es el psiquiatra del común de la sociedad actual? ¿Dónde están los otros locos como yo? Parecía una pregunta sin respuesta pero pude encontrar a una loquita que adoro y que hace que mis días sean más plenos dentro de nuestra locura y que por primera vez me sienta cómodo con mi locura (también le atribuyó al hecho de que he madurado desde los 22)
Había dejado olvidado mi diagnóstico de loco de los que me rodeaban para simplemente vivir y ser feliz pero hace un par de semanas cuando llegue a clase mi profesor de ética sacó nuevamente una receta y catálogo de loco a los que estaban casados y nuevamente vino a mi cabeza la canción que cité al comienzo de esta retrospectiva un poco burlona pero llena de verdad y sin exageraciones. “yo soy un loco que se dio cuenta que el tiempo es muy corto "
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